Exponer... exponerse
Sea ésta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que decimos.
En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos.
Observa las imágenes y reflexiona:
• ¿Sabes qué son los textos expositivos?
• ¿Qué tipo de textos crees que leen o escriben las personas de la fotografía?
• ¿Qué requisitos crees que debe cumplir todo texto escrito, concretamente, un texto expositivo para que resulte eficaz?
El texto expositivo
Existen varios tipos de textos de acuerdo con el objetivo que sustentan:
• Texto expositivo
Su objetivo es presentar un tema para que sea conocido y comprendido por otras personas. Como el informe, un artículo científico, una conferencia, etc.
• Texto descriptivo
Se trata de hacer “ver” al lector los rasgos y características de un modelo físico para que pueda imaginarse cómo es una casa, una persona, etc. También pueden describirse los sentimientos.
• Textos argumentativos
La argumentación presenta razones para sustentar una opinión propia o contraria a la de alguien. Normalmente aparece combinada con la exposición: se expone algo y luego se aportan argumentos en favor o en contra.
• Textos narrativos
La narración consiste en el relato de sucesos reales o imaginarios que se producen en un tiempo determinado, conforme a un orden cronológico establecido en el texto.
Caracterización del texto expositivo
El lenguaje es una de las herramientas que el hombre ha inventado para establecer comunicación con sus semejantes. Es el lenguaje en su expresión oral lo que permite que hablemos y escuchemos, y es el lenguaje escrito el que hace posible que leamos y escribamos.
Hablar, escuchar, leer y escribir son acciones que se hallan insertas en el complejo sistema de la comunicación. En esta oportunidad, nos centraremos en aquel texto que se denomina expositivo.
Existen diversas formas de presentar ideas o acontecimientos. A los textos que cumplen esta función, que tienen ese objetivo, se les denomina textos expositivos. La palabra exponer remite, básicamente, a la idea de explicar algo para que los demás lo conozcan. Así, pues, podemos definir la exposición como el tipo de discurso que tiene por objeto transmitir información.
Se utiliza para explicar un tema de estudio, para informar, para dar una noticia… Y también son textos expositivos los tratados científicos y técnicos, los manuales de instrucciones y todos aquellos textos cuya finalidad consiste en informar sobre conceptos, sobre hechos o sobre la manera como se realiza un proceso. El folleto ofrecido al público en el mostrador de una farmacia para dar a conocer la importancia de un medicamento, un artículo enciclopédico sobre la Edad Media, el material que lees en manuales y libros escolares, hasta los propios apuntes de clases son textos expositivos.
Puesto que el texto expositivo busca informar y hacer comprensible la información, debe presentar los contenidos de una forma clara y ordenada. Claridad, orden y objetividad son las principales características de los textos expositivos.
Los textos expositivos son llamados también informativos, porque éstos privilegian la función informativa del lenguaje. Son fundamentales para acceder a los nuevos conocimientos, a través de las más variadas formas de expresión, otorgándote la posibilidad de conocer aspectos ignorados de la realidad.
Si bien la mayoría de los textos expositivos tiene como función primordial transmitir información, muchos de ellos no se limitan simplemente a proporcionar datos, sino que además agregan explicaciones, describen o ilustran con ejemplos y analogías.
Toda la información escrita que recibes en las distintas asignaturas está entregada como texto expositivo; por lo tanto, es fundamental que dediques un importante espacio de tu tiempo de estudio a conocer un poco más sobre este tipo de textos.
Características del texto expositivo:
- Un tema preciso, claramente identificado y delimitado.
- Una estructura, es decir, una forma de organizar la información.
- Un propósito establecido previamente por el emisor.
- El emisor puede ser individual o colectivo, particular o institucional.
- A veces, el receptor es un grupo de personas con características definidas; sin embargo, los textos han de estar adaptados a la naturaleza y nivel de conocimientos de los receptores a los que se dirige el texto.
Tipos de textos expositivos
Textos expositivos | Características |
Descriptivos | Contienen informaciones sobre un tema, especificando algunos de sus atributos o características. Generalmente se presenta primero la característica principal, seguida de detalles referentes al color, la forma, hábitat, etc. Por ejemplo, un texto que describe las caracte-rísticas de una construcción, un animal, de una teoría etc. |
Enumerativos o secuenciales | Presentan una lista de elementos relacionados entre ellos por un aspecto común referente a la secuencia o al orden temporal. Por ejemplo, un texto que enumera los componentes de los distintos grupos de alimentos; o bien, un texto que describe la secuencia de la transformación de la especie humana, desde el hombre primitivo al hombre actual. |
Comparativos | Este tipo de textos compara objetos, personas o acontecimientos considerando sus semejanzas y diferencias. Por ejemplo, un texto que compara las costumbres de los asiáticos y los africanos. |
De causa-efecto | En este tipo de textos se describen las relaciones causales entre las ideas. Una idea constituye el antecedente o la causa y la otra, la consecuencia o el efecto. Por ejemplo, un texto que describe los efectos del consumo de cigarrillo sobre la salud de los fumadores. |
De problema-solución | Este tipo de texto se parece al de estructura causa-efecto, dado que el problema es el antecedente de la solución; pero en este caso se observa, además, una cierta sobreposición entre el problema y la solución. Por ejemplo, un texto que describe una o más soluciones al problema del consumo de drogas o la contaminación acústica. |
Texto expositivo argumentativo
El objetivo del texto expositivo es presentar un tema cualquiera con el fin de que sea conocido y comprendido
por otras personas. Son textos expositivos una conferencia sobre energía nuclear, el informe sobre la situación de una empresa, un artículo de divulgación científica, etc. Si la exposición del tema se mezcla con ideas del autor y, por lo tanto, con argumentación, entonces se trata de un texto expositivo-
argumentativo.
La exposición puede tener un enfoque objetivo o subjetivo. Objetivo es un informe sobre un accidente, una conferencia sobre la teoría de la relatividad, etc. Será subjetiva si el autor presenta su particular punto de vista y desarrolla subjetivamente un tema.
Técnica de producción de un texto expositivo
Para elaborar un texto expositivo existen algunas estrategias que comienzan desde la planificación del tema.
- Antes de escribir Elige y precisa el tema que deseas exponer por escrito. Identifica el propósito específico de tu texto y sus destinatarios. Investiga acerca del tema en distintas fuentes bibliográficas e internet y selecciona la información relevante y significativa para tu escrito. Elabora un esquema pensando en los siguientes puntos:
- ¿Quiénes leerán o escucharán mi escrito?
- ¿Qué saben ellos sobre este tema?
- ¿Qué deseo que sepan? ¿Cuál es mi intención?
- ¿Qué parte de mi tema les interesaría más? Construye la estructura básica de tu texto: introducción, cuerpo y conclusión.
- Durante la escritura Recuerda presentar en cada párrafo una idea central. Incorpora citas textuales, referencias bibliográficas o elementos gráficos para ampliar, explicar, ejemplificar el tema que estás desarrollando. Si es necesario, utiliza palabras especializadas. Evita incorporar información vaga e inexacta.
- Después de escribir el borrador Autoevaluación:
- ¿Cumple con el propósito que deseaba?
- ¿Se adecua al nivel del destinatario?
- ¿Se lee en forma fluida?
- ¿Presenta una estructura clara y coherente?
- ¿Presenta un dominio del léxico preciso y conciso?
- ¿La ortografía literal, acentual y puntual están correctas? Luego de revisar y corregir, prepara tu escrito definitivo. Cuida que su presentación sea adecuada y atractiva para el receptor.
Los escritores románticos expresan su insatisfacción ante un mundo que frustra sus ideales.
Texto 1
“El Romanticismo español se inició con notable retraso frente al alemán y al francés debido principalmente a razones políticas: hasta 1833 reinó el absolutista Fernando VI, cuyo gobierno dificultó la generalización de un movimiento cultural que defendía la libertad y condujo al exilio a buena parte de los intelectuales liberales, entre ellos a quienes iban a protagonizar el nuevo Romanticismo, una vez muerto el monarca. Éste es el caso del Duque de Rivas, Martínez de la Rosa y Espronceda, entre otros, quienes a su regreso a España tras la muerte del rey hicieron triunfar la nueva estética desde unos planteamientos liberales bastante moderados.
El Romanticismo se inició en 1834 con la publicación del poema El moro expósito, del Duque de Rivas, y el estreno del drama La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa.
Su vigencia apenas sobrepasó una decena de años, si bien la novela que inaugura el Realismo (La gaviota, de Fernán Caballero) se editó en 1849 y todavía algunos escritores continuaron por algún tiempo dando a la imprenta sus creaciones románticas y representando sus dramas históricos. Posteriormente pervivieron sus valores en románticos rezagados como Gustavo Adolfo Bécquer, uno de los poetas más excelsos del siglo, y Rosalía de Castro.
Caracterizan la estética romántica una ferviente pasión por la libertad, que llevó a los escritores a rechazar reglas generales y universales (por eso, el gusto de entonces por la literatura clásica española, siempre creada al margen de las reglas) y a exaltar la libre inspiración, y la exclusión de todo dictado que no provenga de la propia voluntad artística: se disolvieron las fronteras entre los géneros (en el teatro se mezclaron, como en el Barroco, lo trágico y lo cómico; en la poesía, se combinaron lírica y épica), las exigencias de las unidades dramáticas
fueron desobedecidas, se rehuyó la exigencia neoclásica del buen gusto... El presupuesto general era la ruptura con la creencia de que la obra de arte debe ajustarse a modelos preestablecidos; el Romanticismo invocaba como único precepto el valor individual o subjetivo que debería imponer la propia obra.
Durante el Romanticismo la creación literaria sirvió para manifestar espontáneamente la subjetividad, el sentimiento y la emoción, la insatisfacción generada por un mundo frustrante que hizo preferir épocas pasadas al prosaísmo de la contemporánea (de ahí el gusto por las historias medievales manifestadas en dramas, novelas, leyendas, etc.). Característico de este tiempo es un desasosiego espiritual causado por el choque entre lo deseado y lo vivido, por la confrontación entre el ideal y la realidad, el yo y el mundo.
Rey Hazas A. y Marín J. M., Antología de la literatura española hasta el siglo XIX. SGEL, 1992
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